viernes, 24 de septiembre de 2010

Cascos para Asturias




CASCOS PARA ASTURIAS

POR UN PP QUE CUENTE CON SUS MILITANTES, SIMPATIZANTES Y VOTANTES PARA UNA DEMOCRACIA DE JUEGO LIMPIO, CON SEGURIDAD, GARANTIAS Y PRINCIPIOS

Francisco Alvarez Cascos, natural de Luarca (occidente de Asturias), ingeniero de Caminos, durante su época de Vicepresidente Primero y Ministro de la Presidencia en 1996-2000 y Ministro de Fomento en 2000-2004 con el presidente Aznar, realizó una muy importante política de infraestructuras para España y de forma muy especial para Asturias.

Posteriormente, el PSOE, tanto en España como en Asturias, Galicia, etc., se dedico a echar por tierra la buena política de infraestructuras de Cascos y, por ejemplo, en Asturias el PSOE se viene oponiendo al AVE Ferrol-Gijon-Bilbao, que defienden Galicia, Cantabria y el País Vasco, y que es muy importante para el desarrollo de la Cornisa Cantábrica (su unión por ferrocarril con Portugal y Francia) pero de forma especial para el Finisterre del Finisterre, es decir, para Galicia y Asturias secularmente aisladas por unas vías de comunicación inexistentes o muy malas.

El Sr Cascos, al que no tengo el gusto de conocer, promovió a políticos de la talla (gallega, nacional e internacional) como el actual presidente de la autonomía gallega, Alberto Nuñez Feijoo, y que con él (Cascos) de ministro fue responsable de muy positivas gestiones en importantes servicios de la Administración española.

En la actualidad, los que conocen Asturias (el que suscribe es de Vegadeo, del occidente asturiano y sigue regular y activamente la política asturiana) saben que Cascos sería un excelente candidato para la presidencia de la Autonomía asturiana: para ganar las elecciones autonómicas en dicha comunidad; para volver a poner a Asturias en el mapa tal y como hizo cuando fue ministro; y para que Asturias, por su desarrollo socioeconómico, medioambiental, cultural y artístico, por su personalidad, ocupe en España e internacionalmente el lugar que le corresponde y que no ha alcanzado.

En el PP (y en otros partidos) hay que defender la política noble y ejemplar (Aristóteles, Viroli, Gomá, etc.), entendida para servir honrada y rigurosamente a lo público y no para instalarse, para hacer carrera a cualquier precio, para sacar tajada, para servirse de lo público como sea.

La política noble, necesaria, ejemplar y de juego limpio, de servir a lo público honrada, humilde, competitiva, creativa y humanamente, implica que hay que luchar activa y permanentemente contra la política innoble, innecesaria, muy poco/nada ejemplar y de juego sucio de los carreristas, narcisistas (que se creen imprescindibles y algunos, incluso, de forma patológica. Esto se da, también e incluso mas, en los medios de comunicación, pues, la fama puede ser muy tóxica, letal), oportunistas y tajadistas politiqueros y que estan instalados en los partidos (sindicatos, patronales, etc.); contra las baronías, capillismos y clanes, contra los viejos y nuevos caciques, politocratas, nomenklaturistas, tajadistas y aspirantes que tratan de convertir a los partidos, a las fuerzas políticas en instrumentos de sus propios intereses y de sus socios, que creen que los partidos son suyos y pueden hacer lo que les venga en gana para ganar-no perder como sea, para sacar tajada y liquidar a los principales competidores y críticos.

Hay que hacer realidad lo que dice la constitución española en el artículo 6  sobre los partidos políticos y que señala que su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos, que expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son un instrumento fundamental para la participación política.

Ello supone o debería suponer que el PP (y otros partidos, fuerzas políticas) debería de contar con los militantes, simpatizantes y votantes para debatir su política y elegir, promocionar y controlar, de forma justa, a los mejores candidatos, cargos y dirigentes, es decir, a los mas honrados, responsables, trabajadores, competentes, creativos y profundamente humanos.

Y puesto que estamos hablando del PP, este partido debería elegir a los mejores a todos los niveles (local, provincial, autonómico, nacional e internacional). Pero ¡ojo!, no para llevar a cabo viejos y nuevos caciquismos, tajadismos, nomenklaturismos, politocracias, sino para hacer posible un liberalismo humanista de juego limpio, creativo, competitvo y profundamente humano (donde el humanismo cristiano junto a otros humanismos-humanitarismos ocupe un lugar importante y permanente), una democracia y economía de mercado libres, abiertas, de juego limpio, con seguridad, garantías y principios, una política de servicio publico y no para servirse de lo publico, del partido, de los cargos.

Algunos en el PP y otros partidos consideran que a la política se va para servirse de lo publico y no para servir a lo publico y, por tanto, creen firmemente e incluso exigen que por pertenecer a dichos partidos ya tienen derecho preferente a sacar tajada de lo público y como sea.

Esta claro que el PP con Cascos, no solo gana en Asturias, sino en España e internacionalmente. Por ello, los dirigentes del PP de la autonomía asturiana, y que han ido de fracaso en fracaso, deberían pensar mucho mas en los intereses objetivos de Asturias y del PP (instrumento para contribuir al desarrollo honrado-responsable-sostenible-de juego limpio de Asturias, de España, etc.) y no en sus propios intereses de mantenerse en el poder y los cargos como sea y aún a costa de que pierdan Asturias y el PP.

Parafraseando a Chateaubriand: hay que defender la moral del deber por y para el bien común frente a la moral de los intereses particularistas, del juego sucio para ganar-no perder, para sacar tajada como sea, a costa de quien sea y de lo que sea.

Cascos, ya, ha demostrado en la sociedad civil y en la política una importante y positiva gestión. Por consiguiente, llegaría a Asturias en las mejores condiciones para, valiéndose de su buen curriculum y de su muy positiva experiencia, cumplir con el deber publico de continuar la gran labor que hizo para la Comunidad Asturiana como Vicepresidente primero y Ministro de Fomento, y, por tanto, de conseguir que Asturias se desarrolle al mayor nivel, contando con todos los asturianos de bien y al margen de politiquerias, partidismos, sectarismos, nomenklaturismos habidos y por haber, baronías, capillismos, clanes, clientelismos, carrerismos y carreristas oportunistas, sin escrúpulos y dispuestos a lo que sea menester y se tercie para instalarse en lo publico, para beneficiarse de lo público y sacar buenas tajadas.

Fdo. Miguel Cancio, economista y sociólogo, profesor de Sociología, Sociología de la Empresa y Socioeconomía del Desarrollo y los Movimientos Sociales de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de Santiago-Universidad de Santiago de Compostela (Galicia-España)/24-10-10/ Pagina web: miguelcancio.com

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